Pablo Gonz

Gracias a El Vendaval de Microrrelatos 2010, descubrí a un interesantísimo escritor llamado Pablo Gonzalez Cuesta. Recomiendo encarecidamente visitar su blog pablogonz.wordpress.com donde podemos encontrar joyas como ésta: 
En esa torre de marfil vive un escritor. Fue encerrado en ella por sus lectores.
 

Café Hasard

Tengo un amigo muy aficionado a las cafeterías. Allí, sentado en una de las mesas o acodado en la barra, suele escribir poemas. Cuando la libreta que siempre le acompaña esta llena de versos, utiliza una servilleta del local. Este cortometraje de animación argentino de Agustín Bobillo y Natalia Fiorentino habla de estos lugares y la gente que los frecuenta.

Una de miedo

Los ochenta han vuelto. Solo hay que echar un vistazo a la cartelera: El Equipo A y Pesadilla en Elm Street. De crio sentía verdadera fascinación por la películas de Freddy Krueger. Así que con unos cuantos años (y kilos)de más y bastante menos pelo, entré en el cine, un domingo por la mañana que para la sesión golfa ya no tengo edad. Tenía curiosidad por ver a otro actor en la piel (quemada) del asesino del jersey a rayas. Robert Englund ha cedido el testigo a Jackie Earle Haley. No seré yo quien haga una crítica de esta película. Eso lo dejo para mi amigo 39 escalones (que seguro la manda a la hoguera por no decir otro sitio). Tan solo quiero apuntar un detalle curioso. A lo largo del film aparecen varias obras del famoso pintor aragonés Francisco de Goya. Podemos ver la pintura Saturno devorando a sus hijos, así como varios grabados, uno perteneciente a Los desastres de la guerra y otro a Los caprichos, El sueño de la razón produce monstruos. Muy apropiado.

Uno de los primos

No he podido resistirme a colgar este estupendo cortometraje de Daniel Sánchez Arévalo.


Los gritones

Otro ejemplo más de como decir tanto en tan poco tiempo. Un cortometraje de Roberto Pérez Toledo.


Viaje al pasado

A unos ocho kilómetros de Zaragoza siguiendo la carretera de Castellón encontramos el barrio rural de La Cartuja Baja. Su nombre pretende distinguirla de la otra Cartuja, la de Aula Dei, situada Ebro arriba a la altura de Peñaflor. Así como en ésta última todavía monjes de hábito blanco recorren en silencio sus claustros, quien sabe hasta cuando, en la primera, las galerías se han convertido en calles y las celdas en viviendas. Pero todavía conserva la antigua portería, parte de muralla y su iglesia consagrada a la Inmaculada Concepción, con pinturas de Francisco Bayeu, cuñado del famoso pintor de Fuendetodos.
Cuentan los libros que durante la guerra con el Francés, el general Palafox se acercó hasta este cenobio con la intención de conseguir víveres para el asedio que iba a sufrir, y de que manera, la ciudad. Cuando llegó se sorprendió de no hallar a nadie en el lugar. Los padres y hermanos cartujos, conscientes de la situación, habían abandonado el recinto dejando a un hombre como único custodio. Éste, una vez se hubieron marchado los religiosos, tomó aquello que consideró de más valía y salió de allí abandonando el convento a su suerte. Me gusta imaginármelo de aquí para allá con gran celeridad, cogiendo esto y lo otro a la vez que se persigna o prometiendo ante la imagen de Nuestra Señora proteger esos bienes con su vida mientras realiza un cálculo mental de lo que le pueden dar por todo aquello.